Módulo 1: DISCRIMINACION EN PRISIÓN, LA REALIDAD DE SER MUJER.
Tras la lectura y valoración de la situación en mi entorno, elegí una noticia que se titula: Discriminación en la prisión, la desigualdad traspasa las paredes de la cárcel, la dureza de ser mujer en prisión.
El mundo de las oposiciones en mi carrera profesional desde hace varios años ha cambiado y si bien es cierto que los funcionarios de prisiones eran, en un pasado no muy lejano casi todos hombres, esto está cambiando y en las últimas convocatorias mas de la mitad de aprobados era mujeres, con lo cual esta visión de la desigualdad me parecía menos interesante que el de la noticia que elegí.
El sistema carcelario español está masculinizado, es realidad que el mayor porcentaje de población reclusa son hombres, y como siempre aquí está el error. El ideario penitenciario está basado en la idea de la REINSERCIÓN de las personas que cometen algún delito, y si bien en muchas casos se consigue el camino hacia ello está enfocado en actuaciones que conllevan una adaptación al medio que les asegure el éxito personal y profesional. El problema surge cuando estos mecanismos son pobres y sin visibilidad, con lo cual el fracaso de la reinserción, en el caso de las mujeres es de menos calidad y en este caso de menor éxito.
El número de cárceles femeninas es minúsculo en comparación con las masculinas , y pasa salvar este escollo hay módulos destinado a mujeres en cárceles de hombres o incluso módulos mixtos donde pueden convivir familias.
Los programas de tratamiento, están generalizados y unificados en una misma meta, los talleres y destinos están programados para ciertos fines donde se ven deficiencias en cuanto a la perspectiva de género.
En cuanto a quien les condena, se debe de afirmar que el sistema judicial está estereotipado y se puede evidenciar que para ciertas condenas , el comportamiento y las pautas para conseguir la misma meta que un hombre son diferentes, ya que se otorga la idea de que la mujer es sumisa y obediente, por eso es más fácil que cumpla con todos los objetivos marcados en las sentencias.
En cuanto a las labores que pueden hacer desde dentro de la cárcel, según esta noticia, están basadas en el cuidado y limpieza, otro handicap más para que en el futuro tengan menos recursos para enfrentarse a la realidad fuera de la cárcel. Hay talleres y destinos de cocina, panadería , fontanería, jardinería y un largo etcétera, a las que es igual a quien vayan destinados si el objetivo es el mismo: aprender un oficio para ser válidos e independientes sin necesidad de cometer delitos para poder sobrevivir.
Y por último dar a conocer y reflexionar sobre el tema de la maternidad en la cárcel. Las madres tienen acceso a que los hijos menores de tres años puedan estar con ellas, pero a partir de ahí, necesitan a alguien en el exterior que se las cuide, mantenga y pueda llevarlos hasta la cárcel para que las madres pasen tiempo con sus hijos, esto en este tipo de personas es difícil, vienen de vidas desestructuradas, con pocos recursos económicos. La situación ahora se a agrava, las internas son rechazadas por sus hijos, ellas asumen la culpa y la condena se les complica por ese sentimiento de rechazo de las personas que más quieren y por las que están luchando por sobrevivir. Todo empieza a empeorar cuando a estos hijos los acogen o son tutorizados por instituciones donde los alejan de sus familias para poder darles una mejor vida.
Resumiendo esta realidad, hay que dar oportunidad de reinserción a todas las personas sean del sexo que sean. Debemos revisar los planes de actuación y tratamiento para poder dar salidas profesionales a las mujeres, dándoles la oportunidad de ofrecer formación profesional que cumplan expectativas reales de la sociedad y generen empleo de verdad.
“Hay que repensar el cumplimiento de la pena de una mujer en prisión desde la perspectiva de género”
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